-Hola José.
-Hola Jorge. ¿Qué tal?
-Pues bien... Hace poco cerré un trato con Javier Fuentes.
-¿El hijo mayor de los Fuentes? ¿Y qué tal te a ido?
-Pues mira: estábamos pactando el precio, y no había manera. El exigía mucho y yo no estaba dispuesto a pagar tanto, ni que tuviera que tirar la casa por la ventana, además, con la crisis no está el horno para bollos. Y aunque me regalaba nosequé cosa, ya sabes, a caballo regalado no le mires el dentado, y a saber si me podía fiar, que el Fuentes es de tirar la piedra y esconder la mano. No nos poníamos de acuerdo y yo le pedía una rebaja, pero él, cómo oyendo campanas sonar: erre que erre con el precio, y yo sudando tinta para convencerlo. Luego ya sabes, el Fuentes se enrolla como una persiana, y me empezó hablar que si su socio no daba un palo al agua, y que se pasaba el día de arriba para abajo, pero al final, mucho pan y poca miga. En eso si le di la razón, hay que estar a las verdes y a las maduras, no se puede desaparecer si hay que apretarse el cinturón. Anduvimos por las ramas un buen rato: que si la familia, el fútbol... Pero cuando volvimos al tema, el tío seguía tan tozudo como una mula: te lo digo yo, que el padre es igual y ya sabes, de tal palo tal astilla, y aunque a mí no me gusta meter a todos en el mismo corral, en este caso... Bueno la cosa es que mientras daba vueltas al asunto, él se quedó mirando a las musarañas. De repente me dijo, de buenas a primeras, que le dijera el precio que quería que ya me lo vendía, que más valía pájaro en mano que cientos volando y que de sabios es rectificar, que antes estaba muy espeso. Este cambio de actitud me olió a chamusquina, pero acepté la oferta. Me dijo que se lo tenía que pagar en efectivo: accedí a regañadientes, pero en fin, no hay mal que por bien no venga. Cerramos el trato y nos fuimos, y se te he visto, no me acuerdo. Al final salí más contento que las pascuas, pero no había sido fácil.
-Pues yo acabo de ganar un juicio que... ¡más fácil que quitarle un caramelo a un niño!.
-Tu siempre tienes suerte. Si no la tuvieses otro gallo te cantaría. Ya sé que a quién madruga dios le ayuda, pero también no por mucho madrugar amanece más temprano. Además, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe: no juegues todas tus cartas a la suerte, que sino te veo pidiendo dinero al banco, y esos... en cuanto te descuidas te dejan desplumado.
-¡Qué tonterías! Esto ocurrirá cuando los cerdos vuelen. Y no es suerte, es talento: no confundas la magnesia con la gimnasia.
-¡Anda que no tienes abuela! Me voy ya que me espera mi mujer en casa y sino se pondrá hecha una furia.
-Adiós, nos vemos otro día.
Otakhristmas 8
-
Ya tienes planes para estas navidades: ¡Otakhristmas!. La asociación
Juvenil Brigada S.O.S., por el ocio alternativo, organiza la octava edición
del OTA...
Hace 7 años

4 comentarios:
.......
no words
Jo comenta algo más, que para decir esto...
Yo me veía ilusionado de tener un comentario para variar y veo que es esto =(
lo siento, tras leer eso me he quedado in poco... digamos.... perplejo, la história que parecia tener un hilo argumental se ha quedado en eso, en una sarta de frases echas...
Es la gracia de la entrada, meter las máximas frases hechas posibles sin que el diálogo pierda sentido.
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