Hace ya un tiempo que seguía de forma más o menos regular la serie conocida por todos CSI. Me gustaba: era entretenida, las series de crímenes e investigaciones me gustan, descubres cosas interesantes (muchas de ellas falsas) sobre la investigación criminal, te das cuenta de la importancia de un pelo o de la roña de debajo de las uñas en algunas cosas, salen personajes “pros” (me encanta Horatio cuando dice sus frases conclusivas y se pone las gafas)…
El caso es que observando, en todos los casos el principal sospechoso nunca es el verdadero asesino, siempre es otro. Observando, ves que en algunos casos un inocente había sido condenado, pero aparecen otras pruebas que lo libran de la cárcel y meten al verdadero asesino entre rejas. Observando este tipo determinado de casos, ves que dejando de lado el heroísmo americano mete-narices y toca-pelotas, el pobre hombre o mujer seguiría entre rejas debido a las pruebas en su contra.
Es decir, al final, todo se reduce a eso, pruebas: evidencias. Todo se pretende demostrar con evidencias, y todo lo que se demuestra con evidencias pasa a ser cierto a ojos de la gente. Una persona que tenga pruebas en su contra no puede demostrar su inocencia verbalmente, jure por quién lo jure o prometa lo que prometa; aunque sea verdad.
No puedes negar lo evidente. Lo evidente no siempre es cierto. Vigila que evidencias te señalan.
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Hace 7 años

3 comentarios:
Oh! Gran Ldk...
Gracias por mostrarnos tu gran sabiduría respecto a los acrónimos...
solo añadiré una cosa más:
Eres mi nuevo ídolo.
Es evidente que el comentario anterior está en un lugar que no le corresponde... xD
Me gustan tus entradas "filosóficas". Te hacen pensar más que no el profe de filo...
Si soy el ídolo de alguien, ya puedo hacer una lista y tachar "Ser el ídolo de alguien" de ella. Que molón.
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